Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Monday, August 3, 2009

Afición a los lugares altos.

Me parece que mi afición a los lugares altos, empezó allá en la cuchilla Santarcieri, cuando mientras cazábamos perdices con la onda, nuestro panorama de fondo era la ciudad de Florida, allá en el bajo, las majestuosas torres de la Catedral y mas a lo lejos, el Cerro de Florida, que aunque Uds. no me crean, era mucho mas alto que ahora, era casi una montaña.

De ahí me gradúe para otros cerros, desde el Arequita vi nacer el río Santa Lucia, el San Antonio me mostró el mar, el Pan de Azúcar me mostró sus dolomitas, en el lado menos conocido de El Toro, supe esconderme para amar sin tapujos haciendo cortas las largas noches de campamento.

A los pies del Batoví se sentaron en blanco y negro, mi madre, la tía Sofía y mi abuela Petrona, hace más de 50 años, recientemente yo repetí la escena emocionado y en colores. Sobrevolé los Andes, viniendo desde Canadá, tratando de ver a los que habían caído y que por gran casualidad serian encontrados ese mismo día. Conduje en los Apeninos, crucé los Alpes varias veces, recorrí los Pirineosdesde el Mediterráneo al Cantábrico, explore los lugares más escabrosos manejando por la vértebra de la cordillera,me maravillé con la Sierra de Duero y tome agua entre los pastos y de panza al suelo en el Monte Pollino.
Visité la Garganta del Diablo en España, La Gola del Diávolo en Calabria, disfrute los acantilados blancos del Canal de la Mancha,tomé café sentado en las terrazas de Sorrento, Ischia y Capri.
Observe el tope del mundo y de Suiza desde el Monte Pilatus y me asombre del paisaje del Mar Iónico desde La Madona delle Armi. Cuanto más las veo y las recorro más me emociona, grandes y chicas, peladas o llenas de monte, con nieve o derritiéndose para formar el Rin, no importa su tamaño, siempre las encuentro maravillosas, misteriosas, me llaman. Quizás si hubiera tenido la oportunidad, habría escalado alguna, pero a mi edad y con mi estado físico me conformo con recorrerlas en auto o subirlas en funiculares, para llenarme los ojos de distancia, de tierra, de mar, de castillos, de montes.

Pero lo gracioso de todo esto, es que unos de los paisajes que más me gusta y añoro, es el que se te presenta cuando al llegar al repecho de Costa, se atisban por primera vez, las dos torres de la Catedral, como las vio y se las imaginó el pintor José Cuneo.

¡Que lindo es llegar a Florida! Las torres de la catedral de Florida, como las vio Jose Cuneo.

El Tordillo

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