Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Thursday, November 20, 2014

El “espíritu del Camino”.


Pasan los días y sigo sin poder sentarme frente al teclado, para escribir lo pro
metido sobre La Vía de la Plata. El principal problema es que El Camino es casi adictivo, por lo tanto al terminar la ruta, se sufre sobremanera y cuesta mucho el insertarse nuevamente en la rutina de la vida diaria.

Cuando uno se descuelga la mochila y se saca las botas comienza a sentirse como si estuviera en otro mundo, las sensaciones son de haber llegado a un lugar donde la tranquilidad espiritual no es tan fácil de conseguir. Por todo esto, es que no he podido todavía seguir escribiendo, pero hay algo que el amigo Antonio Retamosa, administrador del website  https://www.facebook.com/groups/viadelaplataelcamino/673403796106635/?comment_id=673415866105428&notif_t=like ,escribió esta semana y me hizo pensar en que lo tenía que compartir con Uds..
A continuación sus palabras.

El “espíritu del Camino”.
¿Muchos se preguntan qué es en realidad el espíritu del Camino?
En realidad no es necesario ser creyente para sentir el espíritu del Camino. Los que lo somos, lo vinculamos a una búsqueda espiritual, mientras que los que no lo son, lo derivan al esfuerzo físico, a la amistad entre peregrinos y con un estrecho vinculo con tu propio yo interno. Pero en definitiva, religiosos y no religiosos, el espíritu del Camino es bastante similar.
El espíritu del Camino es compartir. Compartir lo que tenemos, nuestro tiempo y Camino, alegrías y preocupaciones… En estos tiempos que corren nos quejamos de que nos falta tiempo para compartir, somos desconfiados, exigentes, pero mientras haces el Camino le das la vuelta a todo eso, el Camino te invita a compartir con lo demás. Por eso en el Camino se forjan amistades intensas que pueden durar toda la vida.
Agradecer y no exigir es un lema que distingue al peregrino del turista. Agradecemos a quien nos ayuda, especialmente a los hospitaleros voluntarios que nos regalan su tiempo de vacaciones para atendernos sin recibir nada a cambio. A ese peregrino desconocido que se interesa por nuestras dolencias, que nos aconseja, nos ayuda y anima a continuar con nuestro sueño.
El Camino te hace ser consciente de que la propia ruta es como la vida misma, llena de dificultades, las alegrías, de logros personales y de algunas penas.
El Camino te enseña a llevar lo justo para el día a día, para no cargar sobre los hombros cosas innecesarias. Que se simplifica en "no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita".
El espíritu del Camino es, en definitiva la esencia de una humanidad preocupada por quien tienes a tu lado, y sin pedir nada a cambio.
Buen Camino PEREGRINO/A