Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Wednesday, September 29, 2010

La mandioca.- LEYENDA GUARANÍ

Material desarrollado, compilado y revisado por la educadora Nidia Cobiella (NidiaCobiella@Educar.Org)

LA MANDI-Ó
LEYENDA GUARANÍ

Ñasaindí debía tener quince años. Esbelta, graciosa y muy bonita, sus ojos negros y grandes miraban siempre con temor. Tenía los cabellos lacios adornados con flores de piquillín. Cubría su cuerpo con un tipoy tejido con fibras de caraguatá, ajustado en la cintura con una chumbé de algodón de vistosos colores.
Sus pies descalzos parecían no tocar la tierra al caminar: tan suave y liviana era.
Con el propósito de recoger tiernos cogollos de palmera, venía desde muy lejos, trayendo una cesta fabricada con tacuarembó.
Muy dispuesta llegó al lugar donde crecían con profusión los pindós, confiada en que sola podría alcanzar los ansiados cogollos; pero al verlos tan altos comprendió que le iba a ser imposible realizar la tarea.
Trató de llegar, subiendo por el tallo, pero se vio obligada a desistir.
Un poco decepcionada, miró desde abajo el penacho verde de las palmeras tratando de hallar un medio que le permitiera conseguir los cogollos buscados.
Ya desistía de su intento, cuando vio a un muchacho medio oculto por una cascada de isipós y de helechos. Sus manos recias empuñaban el arco y la flecha. Sus ojos miraban con atención hacia un lugar cercano.
Dirigió Ñasaindí su vista hacia el mismo sitio y pudo divisar a la víctima a la que estaba destinada la flecha del desconocido: era un hermoso maracaná que, tranquilamente posado en la rama de un ñandubay, estaba completamente ajeno a su próximo fin.
Sintió la niña una pena grande por el espléndido animal, cuyo intenso y brillante colorido era una nota de alegría y de luz entre los verdes del bosque, y sin darse cuenta dio un grito que desvió la atención del cazador hacia el lugar de donde él había partido. El maracaná, puesto sobre aviso, con vuelo un tanto pesado, se internó en la espesura.
Salió el cazador de su escondite y ante la presencia de la niña quedó atónito, mirándola. Su belleza y su expresión lo hechizaron, haciéndole olvidar la pieza de caza que perdiera por su culpa.
-¡Ma-era! -sólo atinó a decirle.
Bajó la vista la muchacha, temerosa de merecer el reproche del cazador, cuando oyó que continuaba con su suave acento:
-¿Quién eres, cuñataí?
-Ñasaindí... -respondió apenas la niña.
-¿De dónde vienes?
-De la tribu del ruvichá Sagua-á...
-¿A qué has venido a los dominios de mi padre, Ñasaindí?
Miró la niña los penachos de las palmeras que la brisa convertía en grandes abanicos y el muchacho, adivinando la intención de la mirada, preguntó:
-¿Querías alcanzar cogollos de palmera?
-Neí... -respondió a media voz la niña.
-Y... no alcanzas... -agregó intencionado el joven con expresión risueña.
-Aní... ¿Tú me ayudarás? -preguntó esperanzada, levantando hacia él los ojos.
-Nuné... -respondióle el muchacho divertido.
Al tiempo que así decía, dejando en el suelo el arco y la flecha que aún conservaba en la mano, trepó al tallo de una de las palmeras y con movimientos rápidos de sus piernas ágiles acostumbradas a esos ejercicios, pronto llegó al lugar donde lños cogollos tiernos se ofrecían generosos y frescos. Desde arriba se los ajorraba a Ñasaindí que, plena de dicha, no dejaba de reír. En pocos minutos la cesta estuvo llena.
El rostro de la joven reflejaba un gran placer. Gracias al servicial desconocido, su viaje no había sido infructuoso.
Cuando el muchacho estuvo nuevamente a su lado, los ojos de Ñasaindí brillaban de alegría y de agradecimiento.
-¿Jhoriva, yerutí? -preguntó satisfecho.
-Neí... Pero yo no me llamo Yerutí... Mi nombre es Ñasaindí...
-Ñasaindí te llamas, pero pareces una dulce yerutí, por eso te llamé por su nombre...
Agradeció la niña con una sonrisa e intentó emprender el camino de regreso, pues la noche no tardaría en llegar. El sol comenzaba a hundirse en el ocaso.
El muchacho detuvo su intención, preguntándole:
-¿Tienes tanto apuro por irte? ¿Dónde queda tu roga, cuñataí?
-Debo cruzar el río...
-¿Sola?
-Sola vine y sola debo volver. Hace tiempo, ya varias lunas, que los hijos de la mujer que me crió partieron hacia el norte con otros cuimba-é y tardan en volver. Ella me envió... Yo no tengo padres... Murieron en manos de los cambá, cuando yo era pequeña...
-¿Y cómo cruzaste el río?
-En una pequeña canoa que dejé amarrada en la orillla.
-Pero tú eres muy joven para atreverte a andar sola por estos lugares...
-Me mandaron y tuve que obedecer.
-¿No eres miedosa, Ñasaindí?
-¡Claro que lo soy! Muchas veces siento un miedo muy grande; pero debo cumplir lo que me ordenan. A nadie tengo que me pueda defender -agrgó la niña con su vocecita triste y los ojos brillantes de lágrimas.
-Desde este momento, y si tú quieres, seré yo quien te sirva de amparo y de guía. ¿Aceptas, yerutí? -le ofreció el muchacho firme y decidido.
-Ñasaindí lo miró. La alegría que le causó el ofrecimiento se transparentó en su dulce mirar y en su sonrisa agradecida, cuando respondió:
-¡Oh, ya lo creo! ¡Muchas gracias!
-¡Seremos amigos, Ñasaindí!
-Bueno... pero no me has dicho tu nombre, ni quién eres... ¿cómo podría encontrarte?
-¡Tienes razón! Soy Catupirí. Mi padre es el cacique Marangatú. ¿Sabes ahora a quién debes buscar? -terminó riendo.
-Neí, Catupirí.
Después Ñasaindí, con su cesta llena de cogollos de pindó, inició la marcha hacia la costa dispuesta a volver a su roga.
La detuvo aún Catupirí. Tenía muy buen corazón y la niña le inspiraba una gran ternura.
El bondadoso muchacho era el menor de los hijos del cacique Marangatú, poderoso y respetado en mucha distancia alrededor de sus posesiones. Desde pequeño, Catupirí había sido preparado en las artes de la guerra por un diestro guerrero de la tribu; pero su madre, que no lo descuidaba jamás, conservó su corazón tierno y su alma pura como cuando era pequeño y le pertenecía por entero. Su bondad era reflejo del tierno corazón de ella.
En ese momento, Catupirí recordó a su madre. Recordó su gran bondad y el cariño que por él sentía y pensó llevar a Ñasaindí consigo, pues se había enamorado de ella y deseaba hacerla su esposa.
Se detuvo un instante pensando en su padre. Él no vería con buenos ojos que su hijo llevara a la tribu a una extranjera, a una desconocida, y menos aún con la intención de casarse con ella.
Pensó un instante, y decidió: la llevaría; pero al principio, por lo menos, la ocultaría a los ojos de su padre. Se la confiaría a su madre.
Estaba seguro de que ella sabría comprender y sin duda llegaría a sentir gran cariño por la joven desamparada, al verla tan buena, tan inocente y tan hermosa... Sin pensarlo más se lo propuso:
-¿Quieres venir a nuestra tribu, Ñasaindí? Mi madre te recibirá como a una hija y te brindará el cariño que hasta ahora te ha faltado. ¿Aceptas, yerutí?
Llenos de agradecidas lágrimas los ojos, Ñasaindí preguntó con palabras entrecortadas por la emoción:
-¡Oh, Catupirí! ¿Es verdad lo que me propones? ¿Tu madre me querrá?
-Sin duda... ¡Puedo asegurártelo! Hay tanta bondad en tu mirar dulce y tanta ternura en tu voz suave, que mi madre se sentirá atraída por ti y serás para ella la hija que no tiene. ¡Ven, vamos!
Tomaron los dos jóvenes el camino que conducía a la toldería y riendo y conversando, llegaron al lugar donde se levantaban los toldos de los súbditos del gran Marangatú.
Atardecía. El cielo, con los más bellos rojos y dorados, parecía sumergirse en las tranquilas aguas del río. Los pájaros retornaban a sus nidos y la flor del irupé cerraba sus pétalos ocultando sus galas hasta que, al día siguiente, el sol, al alcanzarla con uno de sus rayos, volviera a despertarla. La paz y la tranquilidad reinaban sobre la tierra.
Catupirí, ocultando a su compañera, fue hasta su toldo donde la dejó para ir a dar la noticia a su madre.
Nadie los había visto llegar, de modo que le sería muy fácil ocultarla hasta que pudiera convencer a su padre.
Pero Catupirí se equivocaba. Unos ojos que brillaban con maldad lo observaban desde muy cerca. Era Cava-Pitá, la hechicera, que, oculta detrás de un corpulento zuiñandí, no había perdido detalle de la llegada de los jóvenes.
Sonrió con malicia la mujer, y guiada por su espíritu mezquino, se propuso dar cuenta de lo ocurrido al cacique. No podría hacerlo tan pronto como deseaba, pues el cacique había salido con sus guerreros y no volvería hasta la mañana siguiente; pero entonces, ella lo esperaría con una noticia muy especial. ¡Y ya vería la extranjera que su vocecita dulce y sus expresiones inocentes no serían suficientes para engañar al cacique como lo había hecho con el hijo!
¿Por qué pensaba tan mal la hechicera de una persona a quien no conocía?
Es que Cava-Pitá era perversa y envidiosa y no toleraba que se diera preferencia a nadie más que a ella.
Al día siguiente, muy de mañana, llegaron el cacique y sus acompañantes; toda la tribu los recibió con júbilo. Habían logrado importantes piezas de caza y traían también un hermoso guasú vivo.
Con paciencia esperó Cava-Pitá que el cacique quedara solo, y en el momento oportuno se acercó a él, para referirle, a su manera, la llegada de Ñasaindí a la tribu. No conforme con esto, y gracias a la confianza que en ella tenía Marangatú, le fue muy fácil convencerlo de que la extranjera era una enviada de Añá, quién se valía de la joven para provocar la desgracia de la tribu.
La sorpresa del cacique pronto se transformó en profunda indignación. Él no podía tolerar la intromisión de una desconocida en sus dominios y mucho menos sabiendo, gracias a los buenos oficios de la hechicera, que se trataba de una enviada del demonio.
Poseído por una intensa cólera, Marangatú hizo llamar a su hijo a fin de recriminarle su indigno proceder y su desobediencia.
Cuando Catupirí estuvo frente a él, lo increpó duramente:
-¿Puede saberse por qué has traído a la tribu a una extranjera que nadie conoce y que tú encontraste por caualidad?
-Ya pensaba explicártelo, padre... -respondió sorprendido Catupirí. Y agregó desconcertado:
-¿Cómo has llegado a saberlo?
-Eso nada importa. Sólo puedo decirte que todavía hay quien respeta mis deseos y obedece mis órdenes.
-Yo soy el primero en hacerlo, padre mío, y pruebas te he dado en mil oportunidades; pero en este caso, deseaba hablar contigo primero, para explicarte lo sucedido. Sin embargo, hubo alguien, no sé con qué intención, que se me adelantó...
-¿Dónde está la intrusa? -preguntó el padre, violento.
-Está en mi toldo, padre, esperando que la traiga a tu presencia.
-Pues ya puedes ir a buscarla. Si con malas artes se introdujo en mi tribu, bien pronto haré que la abandone.
Catupirí quedó confundido. Su padre creía que, valiéndose de quién sabe qué poderes maléficos, Ñasaindí lo había obligado a traerla consigo; pero él sabía que no era así. Su padre, al verla, podría convencerse de que estaba equivocado.
Corrió en busca de la hermosa doncella y pronto estuvieron ambos frente al temible Marangatú.
Quedó el cacique maravillado al ver a la joven. Su hermoso rostro y la dulzura de su mirar lo conquistaron de inmediato. Debía haber una equivocación. Era imposible que una niña tan inocente, tan dulce y tan tímida, tuviera las malvadas intenciones que le atribuía Cava-Pitá.
Conversó el ruvichá con Ñasaindí. Le contó la muchacha su niñez triste y sin afectos y su alegría al encontrar en el buen Catupirí que deseaba hacerla su esposa, el cariño y el apoyo que le faltaron siempre.
Comprendió el gran Marangatú el noble sentimiento que acercaba a los jóvenes y dio su consentimiento para que unieran sus destinos como era el deseo y la voluntad de ambos.
Y Ñasaindí fue la esposa de Catupirí, el muchacho de corazón generoso y noble que la encontró un día en el bosque...
La maldad y la envidia de Cava-Pitá se acrecentaron al comprobar que su intervención había sido inútil y que, en cambio, los dos jóvenes habían llegado a realizar su deseo...
A pesar de todo, no se desanimó la hechicera, proponiéndose por cualquier medio, conseguir que la extranjera fuera arrojada de la tribu. ¡Ya llegaría el momento en que se cumpliera su venganza! ¡Ella sabría esperar!
Pasó el tiempo. La felicidad de Ñasaindí y de Catupirí era cada día mayor. Ningún mal había alcanzado a la tribu y todos habían olvidado por completo los vaticinios de la malvada Cava-Pitá.
Un niño, hijo de ambos jóvenes, llegó para hacer más grande y efectiva la diche de que gozaban. El pequeño Chirirí era dulce y bueno como su padre y tenaz como su padre.
Cuando tuvo edad de tener amigos, todos los niños de la tribu lo fueron de él y diariamente se los veía jugando en el bosque o en la costa del río, donde sentían gran placer en reunirse.
El cacique, orgulloso de su nieto, le había regalado un arco y una flecha hechos expresamente para él, y entre los momentos más felices de su vida se contaban aquellos en que salía con el niño a ejercitarlo en el manejo de dichas armas.
Todos vivían contentos en la tribu. Ya nadie consideraba a Ñasaindí como una extranjera a la que se debía despreciar, sino que, por el contrario, la joven, gracias a su bondad, se había granjeado la simpatía y el afecto de todos.
La única que conservaba el odio que por ella había sentido desde un principio era Cava-Pitá, para quien la idea de venganza se afianzaba a medida que pasaba el tiempo, y que no abandonaría hasta ver a Ñasaindí arrojada de la aldea como se lo propusiera desde un principio.
Tenía que convencer a la tribu de que la esposa de Catupirí bajo ese aspecto dulce y tierno encubría a una malvada enviada de Añá para hacer mal a la tribu y que sólo esperaba el momento oportuno para cumplir los mandatos del demonio.
Para convencerlos, decidió ensayar una nueva acusación.
Usando de sus sentimientos mezquinos y perversos divulgó la noticia de que el pequeño Chirirí se hallaba poseído por un mal espíritu, por el cual todos los niños que lo acompañaban en sus juegos estaban condenados a morir infaliblemente después de un corto tiempo.
La noticia corrió por la tribu con la velocidad del rayo y todas las madres, temerosas del trágico fin que podrían tener sus hijos, los retuvieron con ellas prohibiéndoles que se acercaran al pequeño Chirirí.
Sin embargo, esto no fue suficiente para la hechicera, ya que ella había querido levantar a toda la tribu contra la inocente Ñasaindí. En esa forma, considerándola culpable, la hubieran arrojado de la aldea indígena por temor al maleficio de que estaba poseída lo mismo que su hijo.
Como no consiguiera su propósito, decidió poner en práctica un plan diabólico con el que, estaba segura, se cumpliría con creces su venganza.
Preparó un brebaje dulce, exquisito, al que agregó una pequeña poción de activísimo veneno.
Con zalamerías llamaba a los pequeños amigos de Chirirí y les daba a tomar el jarabe mortífero que ellos bebían golosos.
Poco les duraba el placer, porque poco tiempo más tarde morían entre las más espantosas contorsiones, envenenados por la infame hechicera.
Ignorantes las madres de la existencia del famoso jarabe, aceptaron como explicación de la muerte de sus hijos el maleficio del que suponían estaban poseídos el pequeño Chirirí y su madre, tal como lo predijera en tantas oportunidades la famosa Cava-Pitá.
Ya no les cupo la menor duda: la extranjera era una enviada de Añá, llegada a la comarca para causar la desgracia de la tribu de Marangatú.
Esta vez nadie dudó. Todos estuvieron en contra de Ñasaindí y de Catupirí, de quienes decidieron vengarse dando muerte a su hijito.
La hechicera no cabía en sí de gozo. Había pasado un tiempo muy largo antes de lograr su propósito, pero por fin consiguió que la tribu entera odiara a la intrusa.
Alentada por el triunfo fue levantando los ánimos de toldo en toldo, incitando a unos y a otros a dar muerte al pequeño Chirirí, único medio para librarse de los designios de Añá.
En un grupo encabezado por la perversa Cava-Pitá, blandiendo palos y lanzas, hombres y mujeres se dirigieron al toldo de Catupirí.
Llegaron, y tomando por la fuerza a los padres de la criatura, los llevaron al bosque donde los amarraron con fibras de caraguatá al tronco de un ñandubay para que fueran testigos impotentes de la muerte de su hijo.
La dulce Ñasaindí dejaba oír desgarradores sollozos, gritando su inocencia y pidiendo piedad para su pequeño Chirirí, mientras el valiente Catupirí hacía desesperados esfuerzos por librarse de las ligaduras. Pero era en vano. Buen cuidado habían tenido sus verdugos.
Mientras tanto, Cava-Pitá, la cruel y desalmada hechicera, saboreando el triunfo logrado después de tanto esperar, decidió ser ella misma quien diera muerte al pequeño, que, atado de pies y manos, yacía en el suelo, llorando y esforzándose por dejar sus manecitas en libertad.
Preparó el arco y la flecha envenenada, y cuando se disponía a arrojarla al niño, que lloraba ante sus padres desesperados, un ruido espantoso atronó el bosque y una lengua de fuego bajó desde el cielo, que se había oscurecido de pronto, y dejó fulminada a la perversa hechicera, que rodó por el suelo dando un grito de espanto.
Los que presenciaban la escena vieron en esto un castigo de sus dioses justicieros a la maldad y a la envidia y, convencidos de su error, desataron a los padres de la criatura que aún se hallaba en el suelo, a poca distancia de ellos.
Ñasaindí corrió a levantar a su hijito, que medio desvanecido por el terror casi no podía moverse. Lo desató y lo abrazó estrechándolo contra su corazón, mientras las lágrimas corrían por sus pálidas mejillas.
Con las cabezas gachas, avergonzados, con el paso vacilante, los que creyeron las calumnias de la perversa hechicera decidieron retornar a sus toldos, no sin antes dirigir una mirada triste al sitio donde el pequeño Chirirí estuviera momentos antes echadito en el suelo esperando la muerte de manos de la falsa y alevosa Cava-Pitá.
La sorpresa de todos fue muy grande cuando observaron que crecía en ese mismo lugar una planta nueva, desconocida hasta entonces.
La llamaron mandi-ó y en ella vieron la justicia de sus dioses buenos que sabían recompensar el bien y castigaban hasta con la muerte a los que procedían mal.
La mandi-ó, regalo de Tupá a los hombres para que les sirva de alimento, posee el dulce corazón de Ñasaindí y de Chirirí, y da, al que la come, fortaleza y energía, como era fuerte y enérgico el valiente y esforzado Catupirí.

Referencias

La mandi-ó (mandioca) es un arbusto originario de América, que abunda en la zona tropical.
Mide de dos a tres metros de altura, tiene hojas palmeadas y de sus flores en racimos.
La raíz, un tubérculo blanco, grande y carnoso, contiene almidón, harina y tapioca. Es la parte comestible de la planta.
Existen dos clases de mandioca, una dulce y otra amarga. La primera, inofensiva, se puede comer asada o cocida sin ningún peligro.
La segunda, en cambio, es venenosa. Por eso, para comerla, es necesario, primero, tostarla, para que pierda sus propiedades nocivas. Luego se pulveriza.
Así se obtiene la harina que se conoce con el nombre de fariña y que constituye un alimento muy apreciado y de mucho consumo en el noreste argentino, en Brasil y en Paraguay.
Antes se conocía a la fariña con el nombre de harina de palo.
Los naturales fabricaban su vino, especie de chicha, de la mandioca. La masticaban y luego la hacían fermentar en agua.
El cultivo de la mandioca es antiquísimo.
Según algunos autores, los nativos ya la consumían antes de la llegada de los españoles. Otros, en cambio, aseguran que fue Santo Tomé quien les enseñó su cultivo y la forma de hacerla comestible e inofensiva.

VOCABULARIO
Ñasaindí: Luz de la luna.
Tipoy: Túnica de mujer,
sin cuello y sin mangas.
Piquillín: Piquilín.
Caraguatá: Pita o agave.
Chumbé: Cinturón que
usan las mujeres para
ceñirse la cintura.
Tacuarembó: Mimbre.
Pindó: Palmera.
Isipó: Llana.
Maracaná: Guacamayo.
Ñandubay: Árbol que da una
madera rojiza muy dura e
incorruptible.
Cuñataí: Doncella.
Ruvichá: Cacique.
Sagua-á: Arisco.
Neí: Sí.
Aní: No.
Nuné: Puede ser.
Jhoriva, yerutí: Feliz,
torcacita.
Roga: Casa, cabaña.
Cuimba-é: Muchachos.
Cambá: Personas negras.
Catupirí: Diestro, hábil.
Marangatú: Bueno, virtuoso.
Cava-Pitá: Avispa colorada.
Zuiñandí: Ceibo.
Irupé: Victoria regia.
Guasú: Venado.
Añá: Diablo, demonio.
Chirirí: Boyero.
Mandió: Mandioca.
Tupá: Dios bueno.
¡Ma-era!: ¡Hola!



Estas leyendas fueron adaptadas de la Biblioteca "Petaquita de Leyendas", de Azucena Carranza y Leonor M. Lorda Perellón, Ed. Peuser, Bs. As. 1952 y de "Antología Folklórica Argentina", del Consejo Nacional de Educación, Kraft, 1940.

Sunday, September 26, 2010

Un paso atras.-


Hoy di un paso atrás en el blog, se me dio por revisar los comentarios que llegan de la gente, sobre las diferentes entradas.
La gran sorpresa fue ver como Martin Aquino sigue siendo una figura que atrae la imaginación de los uruguayos y la cantidad de mensajes recibido sobre el tema.
A continuación se los dejo todos, había algunos que yo no había visto hasta hoy.
El libro de Walter Abella y Javier Vaz, debe ser lo más completo en el tema y les pongo la tapa para que traten de conseguirlo y leerlo. Gracias a todos los que escribieron y les dejo la portera del corral abierta.
El Tordillo

9 comentarios:
Anónimo dijo...
mi nombre es rodrigo abelenda y con un grupo estamos llevando adelante un espectaculo de teatro de sombras sobre Martin Aquino en el teatro Stella. Es un espectaculo de Teatro de sombras para niños.
le dejo este comentario dado su interes en el ultimo matrero oriental.
Se puede comunicar con nosotros a proyectoaquino@gmail.com
gracias

18 de abril de 2009 08:01
Anónimo dijo...
MI NOMBRE ES FERNANDO Y QUIERO AGRADECERLE TODO LO QUE APORTA EN ESTE LUGAR,GRACIAS EN NOMBRE MIO,GRACIAS EN NOMBRE DE LA JUVENTUD Y GRACIAS POR QUERER ESTE HERMOSO PAIS,SIGA ADELANTE ,YO SOY UN GRAN ADMIRADOR DE DON SERAFIN J GARCIA Y ME SIENTO MUY CONTENTO DE TENER TACURUSES EN MI BIBLIOTECA,BUENO LE DEJO UN CORDIAL ABRAZO Y QUE CONTINUE CON NUESTRAS TRADICIONES ADELANTE,SALUDOS,FERNANDO.

11 de febrero de 2010 15:27
Anónimo dijo...
El libro Martín Aquino, Batllismo y Barbarie, es lo más completo que se ha escrito sobre Aquino y además ofrece una interpretación objetiva. Ahí puede encontrar muchisima información.

28 de marzo de 2010 22:02
FERNANDO CUADRADO dijo...
MI NOMBRE ES FERNANDO CUADRADO PEDREIRA,NACÍ Y CRECÍ EN EL CERRO DE MONTEVIDEO. CON PARTE DE MI FAMILIA JUNTO A MI HERMANA Y ABUELA MATERNA. NOS CRÍO UNA MUJER DE SANGRE GALLEGA MARAVILLOSA LIGADA DIRECTAMENTE A ESTE MARAVILLOSO PERSONAJE DE LA HISTORIA URUGUAYA , MARTÍN AQUINO. SU NOMBRE IRMA ALANES DOLDÁN SOBRINA DE AQUINO.ESTAS HISTORIAS HOY PLASMADAS EN LIBROS Y INTERNET LAS ESCUCHABAMOS CON ASOMBRO POR NUESTRA ABUELA,COMO MUCHAS HISTORIAS MAS DE CAMPOS Y ECHOS MISTERIOSOS OCURRIDOS EN SU VIDA.HOY CON 93 AÑOS RECUERDA SU VIDA TRANSCURRIDA EN SANTA LUCIA DONDE NACIO Y SE CRÍO CON SUS PADRES Y HERMANOS MUCHOS AÑOS DE SU VIDA , DA TESTIMOÑO DE LO ESCRITO POR USTEDES.GRACIAS....

3 de mayo de 2010 20:33
Anónimo dijo...
En casi todas las narraciones sobre un personaje de las características de Martín Aquino casi siempre se hacen tres interpretaciones, en algunas lo pintan malo, traicionero, asesino, ladrón y pendenciero. En otras, los adjetivos cambian radicalmente y lo pintan describiéndolo románticamente atractivo, destacando mas sus virtudes que sus defectos. El verdadero escritor, camina en el filo de la navaja, dejando salir su imaginación haciendo una mistura con la verdad en su narración sobre un personaje real. En cambio el historiador, escribe y vierte en su narración los datos verdaderos, buenos y malos recogidos de personas que hayan estado ligadas al personaje de cuestión. Es inevitable que el inconsciente del escritor, le ponga un tinte personal, por razones de identificación con el mismo o de rechazo. El escritor es un ser humano, que al escribir y describir, a otro ser humano, no logra verlo como es el personaje verdaderamente sino como es él. En todos los casos vemos las cosas como somos y no como son, nos identificamos, nos duele como injusticia o nos alienta como justicia hacia la personalidad d determinado individuo motivo de la historia. Yo tambien intento ser escritor, pero no logro separar los hechos puntuales e históricos con las vivencias circundantes que hiciedron que esos hechos tambien sean una historia de vida.

6 de mayo de 2010 16:35
Anónimo dijo...
Hola.
Realizando un resumen de mis apuntes de mi clase de historia, materia que estoy dando en el nocturno de un liceo de mi Montevideo natal, enfrentado al tema de “la banda oriental desde el descubrimiento a la revolución de inde. “ aparece en una de mis hojitas el personaje del gaucho, sus características y las causas de su desaparición, tras los cambios en los métodos de producción posteriores a 1850, y gracias a los ejemplos de mi profesor que me recordaron la historia de Martin A. fue cuando me decidí a buscar en la red la foto de cuando exhibieron el cadáver y así di con tu blog. Muy bueno ahora voy a leer los artículos de los enlaces porque me dio curiosidad, gracias por el aporte. Nico.
y los aportes de los comentaristas tambien gracas.

29 de junio de 2010 01:22
Diego Pérez Vega dijo...
Impresionante su blog, me encantó. Vivo en San Ramón y hace pocos años me enteré que Franco, un personaje que también acompañaba a M.Aquino, era hermano por parte de madre, de mi abuelo paterno. Del cual he buscado información inutilmente y lo único que sé por transmisión oral de mi familia, es que luego de la muerte de Aquino, huyó a Brasil y nunca se supo más de él. Saludos y felicitaciones! Diego Pérez Vega.-

26 de julio de 2010 01:40
Anónimo dijo...
la berdad que el articulo esta bueno yo tengo el libro que esta toda una maravilla en melo de la mano del serrano abella lo pude conseguir un abraso desde tacuarenbo.

12 de agosto de 2010 13:15
Anónimo dijo...
Bien quiza no alla mucho para agregar del bien querido ``Martincito``.Hasta no hace mucho tiempo atras ,se podia leer algo del gran Aquino ,que no era muy convincente ni sertero ,casi siempre dejaba baches y sombras en los relatos de la vida del matrero,tambien miles de relatos de nuestros padres y abuelos,incluso de gente que supuestamente lo habia conocido.Imposible casi nunca coincidian las edades.Por fin llego el Serrano Abella con su libro,y despues de mas de 30 años de incansable investigacion seria y tenaz como debe hacerse,nos regala este puñado de documentos que aclaran bastante lo que realmente fue Martin ,el matrero ,el hombre,el oriental con sueños de libertad... Gracias Walter (Serrano).Era tan magro lo que antes se sabia de Martincito,que no hasta mucho tiempo atras yo pensaba que el era un hombre de unos 40años aproximados.Error ,Martin al morir tenia unos 27 años aproximadamente.Tambien por ejemplo hoy podemos saber que el celebre matrero era hermano de sangre del ilustre y querido Florencio Sanchez y asi debio serlo porque la fisonomia de sus rostros parecen casi calcados.Bueno despues lo que quisiera agregar es que en el año 1979 tuve el placer de trabajar al igual que mis 2 hermanos mayores en la casa del maestro y profesor Cardozo ,quien daba clases en el liceo de Nico Perez departamento de Lavalleja.Este señor el maetro Cardozo era hijo del ilustre coronel Cardozo ,quien Martin Aquino mato en Arias.Tenia en el living de su casa un cuadro de dimensiones bastante considerables con la foto de su padre muerto.Al pasar mucho tiempo en la casa del maestro,Muchas veces preguntabamos por su padre y los hechos que desencadenaron en la muerte tragica de este, el siempre muy enojado profesba el profundo odio que le tenia al matrero y se le salian palabras de maldicion para el matrero.Nunca pero nunca pudimos escuchar relato alguno de los labios del pobre maestro viejo... Bien espero no haberlos aburrido con mi pequeño relato.Espero haber aportado algo aunque no importante por lo menos es algo.Soy Nelson Javier Nalerio Mota,de Nico Perez 12da seccion de Lavalleja.Ah¡ Y al Serrano Abella nos debe algo de Dionicio Diaz ,gracias saludos a todos un abrazo...

22 de septiembre de 2010 22:40

Thursday, September 23, 2010

Historias cortitas.-Un nombre...un homenaje.-

Un nombre…un homenaje.-

“Siempre que nos encontramos con Ud., me pregunto de donde habrá salido ese nombre tan interesante con que lo bautizaron”

“Mi Tata era joven, fuerte y buen mozo, la sombra de una barba le estaba empezando a oscurecer el rostro. En esa época, allá por principios del 1904, eran poco los que eran dueños de sus propias vidas, entre los padres que dominaban las familias con mano de hierro y los caudillos de pueblo que disponían de esas vidas a sable, fuego y pólvora, los hombres y más que nada la muchachada, estaban siempre a las ordenes de los que los convertían en carne de cañón o alimento de carancho.

Según tengo en cuentos, el Tata andaba conchabado de tropero con unos hombres medio bayanos, que se dedicaban a llevar de contrabando, ganado para el Brasil.

 La familia nuestra vivía en esos tiempos por Illescas y esos bayanos habían llegado a la zona rejuntando ganado y gente para arrearlo, ahí lo prenden al Tata que ya estaba en edad de tropear y de guerrear.

Volviendo del otro lado de la frontera, se encuentra con que los colorados seguían a las andadas y los blancos con unos 20.000 hombres que seguían a Aparicio Saravia, se habían levantado en armas y no había más hombre libre, o estabas con uno o con el otro.

Los bayanos que lo conchababan, eran parentela de Saravia, de esa forma la suerte ya estaba echada, no había para elegir. El Tata que no sabía ni leer ni escribir, que no tenía ningún conocimiento político, más allá de que su padre y abuelo habían sido blancos, termina en los batallones de gauchos blancos que a caballo y trabuco iban a liberar la patria.

Así recorrió la patria de punta a punta, de Melo a Bella Unión, de Illescas a Mansavillagra, de Paso de los Carros a Paso del Parque, en cada tramo dejaba un poco de su juventud, girones de su poncho y ganas de vivir. 

Batlle y Saravia jugaban a los estadistas, Batlle desde su cuartel general en Montevideo, Saravia a caballo y entre los suyos, con olor a sangre y pólvora. Los hombres de a pie o de a caballo, morían por todos lados y lejos de las casas, la mayoría sin saber por qué.

Según me contaba el Tata, andaban ya en las ultimas, con hambre, sin ropas, casi sin armas y bastante desorganizados, a él le había tocado cuidar la retaguardia en las Mangueras de Masoller, la batalla final parecía estar cerca, Saravia estaba pensando en internarse a Brasil donde la parentela lo ayudaría… las tropas se libraban a tiros contra los colorados.

Una bala de un máuser le quebró las alas al Águila del Cordobés, empezó el desparramo de gauchos en disparada, el Tata cayo gravemente herido, con las pocas fuerzas que le quedaban, monto y dejo que el tubiano que había traído de las casas, rumbeara para la querencia.

Parece que llego cerca de Nico Pérez antes de caer sin fuerzas, derrotado por la herida y por la guerra, ahí quedo panza arriba esperando que se lo llevara la parca.

Un turco de esos que recorrían la campaña haciendo de mercachifle, lo encontró tirado y cubierto de moscas a las orillas de un arroyo, lo levanto, lo limpio, lo curo lo mejor que pudo, por semanas lo alimento y cuido mientras recorría los campos haciendo sus ventas, con un hombre escondido debajo de las cobijas que el vendía a plazo. 
Pocas palabras se cruzaban entre ellos, a medida que pasaban los días el Tata recobro las fuerzas, el tubiano que seguía el carro como un perro a su dueño, estaba repuesto y pronto para otra.

Llego la hora de separarse y el Tata con todo el respeto que el hombre se merecía le quiso agradecer el favor diciendo... 

“Gracias Turco, me salvo la vida, mi primer hijo llevara su nombre” La única respuesta que tuvo fue... 

“No, Turco no, Armenio”.

De ahí sale el nombre de su servidor, Armenio Morales.”

El Tordillo

Wednesday, September 22, 2010

Se construira la escuela de Las Chilcas. Click aqui y escuche el audio.-


Noticias September 21, 2010

La escuela por la que tantos dolores de cabeza hemos pasado, se empezara a construir dentro de poco tiempo. Desde Toronto, el Grupo Toronto de apoyo a las escuelas rurales, se ha mantenido por mas de un año, haciendo llamadas, presionando, trayendo al tapete el problema de esa escuela, en todos los medios y oportunidades posibles.
Parece que por fin, de acuerdo a una conferencia de prensa brindada por el Sr. Carlos Enciso, intendente de Florida, alguien va a comenzar a terminar el proceso.
Desde aquí aplaudimos la iniciativa. Los 2.500 dólares que se enviaron de parte del Grupo Toronto, están depositados en el Banco Republica para ayudar a ese fin.
Ya era hora.
El Tordillo


Intendencia construirá la Escuela de Chilcas
En conferencia de prensa el Sr. Intendente de Florida Carlos Enciso dio a conocer, entre otras novedades, que la comuna comenzará a la brevedad la construcción de una nueva escuela en Chilcas.
El intendente manifestó que en la recorrida realizada en las últimas horas por Chilcas, pudo constatar la grave situación que allí acontece. Luego del incendio que sufrió la escuela el pasado año, con perdidas totales, la situación sigue incambiada. Al día de hoy los alumnos reciben clases en un salón multiuso en el que funciona la capilla y la policlínica, con el agravante de que se llueve.
“No podemos dilatar mas la situación, ni mirar para el costado”, afirmó el intendente.
A su vez se anunció que en los próximos días se presentará en el CODICEN un proyecto realizado por técnicos de la comuna. Se calcula que el proyecto insumirá entre treinta y treinta y cinco mil dólares.
En otro orden el intendente confirmó que el día sábado 9 de octubre se presentará en el Teatro 25 de Agosto, el artista floridense Ulises Passarella.
Será la cuarta presentación de Passarella en nuestra ciudad, en los últimos diez años.
En los próximos días se conocerán más detalles de este prestigioso espectáculo.

Tuesday, September 21, 2010

Historias cortitas.-Gustito a casa (2) Salsa de Tomates


Gustito a casa (2) .-

Como estaba previsto, el sábado fue el día en que la salsa tomo su cuerpo en plenitud, la cantidad de asistentes aumento, por lo tanto se ampliaron los temas y las anécdotas… y por supuesto las discusiones sobre… ¡Tas loco el último tranvía rodo en 1967!... “le erraste por una década…”, “los sótanos del Palacio Díaz eran inmensos y tétricos”… ¿Pereyra Reverbel?... “los Blue Jays… playoffs”… “el sindicato del Bao...”… ¿cuántas toallas?...


Las horas que empezaron a eso de las 2 de la tarde, se fueron extendiendo, la tarde le cerró la puerta al sol, le abrió las ventanas a una noche fresca, el asado que empezó en el fondo se traslado a la cocina, las botellas de Castell Pujols, se amontonaban en un rincón de la mesa, la charla se desparramaba sobre la sobremesa, con sus acuerdos y desacuerdos. Los postres y el café, llegaron con las campanadas de medianoche, todos nosotros estábamos en nuestra salsa, disfrutando del momento y de los amigos.


Ahh… me olvidaba, la cuestión era que nos reuníamos para terminar la salsa de tomates que habíamos empezado el domingo pasado. Por supuesto que la hicimos, uno pelaba los ajos, otro agregaba los ajíes, yo descolgué las bolsas del árbol, otro sirvió el whisky, alcanzo una cerveza o abrió el vino. El proceso se llevo a cabo a la perfección, entre preguntas y respuestas hasta llegamos a crear una “cuasi receta” sobre cómo lograr la salsa con el “gustito a casa" que buscábamos.


Les aclaro que puede ser un proceso muy caro, el precio de cada frasco terminado puede ascender a cantidades que no justifican el hacerla. Lo que sube el costo son los ingredientes opcionales.


Ingredientes: (para unos 25 frascos de 1 litro)
45 kilos de tomates maduros y carnosos (preferiblemente perita o romano)
10 cabezas de ajo (dejar los dientes enteros)
100 gramos pimienta en grano
4 litros de aceite (oliva o maíz)
½ kilo de sal gruesa
Ají molido (a gusto del consumidor)
Laurel (dos o tres hojas por frasco)


Proceso:Triturar los tomates, ponerlos un una bolsa (funda) para que comiencen a perder el agua. Colgarlos en un lugar donde circule el aire y preferiblemente les dé un poco de sol. Dejarlos secar por 5 o 6 días.


Descolgarlos, poner en un recipiente grande y remover en lo posible el musgo que se haya formado en la superficie. Agregar los condimentos y un poco de aceite, mezclar bien y dejar descansar por una tiempo, preferiblemente horas.


Transferir a frascos, sin llenarlos, ya que la fermentación hará que se expanda la salsa y se puede volcar, cubrir cada frasco con un poco de aceite, para que no le entre más aire, dejarlos destapados sobre una mesa, por varios días y con un palito o tenedor, todos los días sacarle un poco la burbujas.


Cuando se nota que no hay que sacarle más aire, 8 o 9 días, a partir de ahora la salsa esta madurada, se tapa herméticamente, asegurandose que el tomate este totalmente cubierto por una capa de aceite. Ya se puede empezar a comer. Disfruten.


Me dicen que hay gente que los hierve para cerrarlos al vacio, yo prefiero la salsa cruda, como se hacía en mi casa, así que simplemente los tapo y los conservo en un lugar fresco. He tenido frascos que he usado después de uno o dos años de estacionamiento.


Condimentos opcionales:


Tallarines verdes y tuco para la primera reunión
Asado, chorizos, morcillas, ensaladas, vino en abundancia, whisky y cerveza, para la segunda reunión.
4 o 5 parejas de amigos… tiempo… anécdotas… risas… y una carretilla llena de temas para discutir y desarrollar.


El Tordillo

Monday, September 20, 2010

Milagro en cantegril.- (Click aqui)

:FloridAdiariO:Periodismo:Independiente:.
Información las 24 horas desde Florida – Uruguay


En Floridadiario, una publicacion en internet con noticias del departamento, aparece publicada esta nota, que crei que valia la pena hacerla llegar a la mayor cantidad de amigos posible.

Milagro en cantegril.-

El rancherío se dilataba bajo el calor del sol.

Las casitas de chapa y cartón iban mejorando su temperatura con la primavera, que impidió con su llegada que los “chiflidos” de los fríos invernales se siguieran colando por los agujeros.

Una bandada de perros mugrientos y sarnosos jugaba con los gurises entre callejuelas y zanjas por las que corrían aguas de dudosa limpieza, mientras que un montón de carritos repletos de cartones, botellas, huesos y vidrios, iban y venían sin cesar.

Patricia, en un rincón del ranchito , al que llamaban cocina, intentaba preparar algo para comer, con un poco de lo que había sobrado ayer y con el otro poco que había traído Pablo anoche en su recorrido con el carro revisando la basura.

En el último tiempo las cosas habían mejorado algo para la familia ya que ahora recibían una tarjeta que les permitía comprar solamente cosas para alimentarse y las asignaciones habían pasado de una miseria cada dos meses a una cantidad algo más digna mensualmente.

A eso se sumaba lo que Pablo traía de la calle, y a sus ventas del material reciclable (aunque lo estafaban) por lo que la familia comía un poco mejor, ahora un par de piezas eran de bloques, varillas y portland y le habían podido comprar cuchetas y colchones para que los gurises dejaran de dormir de a tres en una cama chica.

LA ILUSIÓN

A pesar de sus muy jóvenes 27 años Patricia tenía ocho hijos, cuatro de los cuales estaban en el rancho, dos en un mismo cochecito solicitando atención y otros dos que correteaban en el patio de tierra bajo el pedido de silencio de la madre para que no despertaran a papá que había llegado de trabajar junto con el amanecer.

A la hora indicada, los cuatro mayores que estaban en la escuela llegaron con sus pancitas llenas porque comían en el comedor escolar.

Su llegada alteró literalmente la precaria paz del rancho, carteras y túnicas regadas por doquier, besos a mamá y los hermanos (con coscorrones incluídos) y el rito de tirarse arriba de Pablo diciéndole que la hora del descanso había finalizado.

Micaela, la segunda en edad, le dijo a Patricia “¿ Mamá sabés que nos dijeron hoy en la escuela? que nos van a dar computadoras a todos los niños. Patricia puso cara de enojo mezclado con incredulidad y la niña que conocía ese gesto miró a sus hermanos diciendo “cuéntenle, díganle a mamá lo que les dijeron las maestras”.

Los otros tres abrieron sus grandes ojos y asintiendo con la cabeza comenzaron un coro de frases y gritos afirmando que lo que había dicho Micaela era verdad.

Mamá, cambio el gesto adusto por uno comprensivo y los reunió a los cuatro que la escucharon atentamente decir, “gurises saben que en esta casa siempre se dice la verdad, ya les explicamos que los Reyes Magos y Papá Noel no existen y cuando hay poco para comer también se les dice, sobre eso que les dijeron yo solo les voy a contar que cada niño tenga una computadora no existe en ningún país del mundo y menos que a ustedes los niños pobres también se las regalen , así que sáquenselo de la cabeza porque para que pasara eso tendría que ocurrir un milagro y ya saben que yo no creo en los milagros”.

LA DUDA

Los niños para los que la palabra de mamá era sagrada bajaron la cabeza y automáticamente se olvidaron del tema que pasó a ser solo una anécdota.

Pero eso duro pocos días porque a la semana siguiente los niños volvieron a la carga con el tema, ésta vez con una carta de la maestra de cada uno convocándola a una reunión el próximo viernes. Patricia se enojó y dijo en voz alta “el viernes me van a escuchar, mire andar ilusionando niños al “santo botón” con ese cuento de las computadores. Que van a ser para aprender, que se las van a llevar para su casa y encima que se las van a regalar. ¡Regalar si pagamos! y yo ¿con que plata voy a comprar cuatro computadoras?, que digo cuatro, una tan siquiera. Ya me van a escuchar”.

El viernes la escuela era un infierno de gente, los padres y madres entrecruzaban comentarios y algunos enojados coincidían con Patricia, mientras otros decían que era todo verdad y que ya en casi todo el interior del país los niños tenían la suya.

Al escuchar estos comentarios Patricia decidió esperar a ver que pasaba. Y la reunión comenzó, el entusiasmo del director, maestros, colaboradores y niños era tal explicando virtudes del famoso Plan Ceibal: que aprenden, que juegan, que sacan fotos, que navegan por una cosa llamada “Internet”, todo eso la llevó a guardarse el discurso que tenía preparado hacía ya varios días. Encima de esto los convocaron a todos para el próximo miércoles porque les iban a ser entregadas las computadoras.

EL MILAGRO

Llegó el esperado día y Patricia acompañó a sus hijos a la escuela que se convirtió en una fiesta, con niños alborotados, maestros esperanzados y padres incrédulos.

Un camión arribó a la escuela transportando cientos de unas “cajitas verdes” que fueron entregadas una a una a todos los alumnos y por supuesto que la alegría era inmensa pero fue la emoción de todos los presentes la dueña de la mañana.

La vuelta a casa duró mucho más que nunca, la ansiedad de los niños y mamá por llegar a “mostrarle a Papá” se retrasó gracias al alboroto que armaban los vecinos a quienes los gurises mostraban las computadoras como si fueran trofeos.

Papá los recibió entre besos mezclados con abrazos, los niños se fueron con sus “cajitas verdes” a jugar al patio, mientras Pablo y Patricia lloraban abrazados no pudiendo creer lo que estaba pasando, repitiendo incrédulos “los gurises tienen computadora”.

Con el correr de los días los niños con sus ágiles deditos le empezaron a mostrar a Patricia cosas que ella jamás se hubiera imaginado que pudieran existir o suceder.

Y vio a sus hijos expertos y brillantes, se animó a imaginar a las niñas con un mejor futuro que el de la condena de ser empleadas domésticas o prostitutas, se atrevió a soñar a los varones bien vestidos y lejos bien lejos de tirar carritos llenos de basura.

Un amanecer la encontró despierta soñando que todos ellos vivían en una casa grande llena de habitaciones y que todos juntos se sentaban a la mesa sin la necesidad de medir lo que se ponía en cada plato.

En eso llegó Pablo agotado de recorrer las calles, ella lo miró y sin que él llegara a entender le dijo “viejo, quiero creer en los milagros”.

Friday, September 17, 2010

El negrito del pastoreo.-

Serafín J. García
Cuentos viajeros
El negrito del pastoreo.-

Es sin duda ésta la más conocida de cuantas leyendas circulan por la campaña uruguaya, cuyos habitantes -sobre todo las mujeres- creen a pies juntillas la existencia de su protagonista, como asimismo en la sobrenatural facultad que le permite realizar "hallazgos" milagrosos cada vez que sus devotos se lo solicitan.

Esta ingenua creencia, de hondo arraigo popular y vigencia permanente, contra la cual nada ha podido el curso de los años, tuvo su origen en tiempos muy remotos, y desde entonces la tradición oral se ha encargado de irla perpetuando entre nuestros criollos, a lo largo de muchísimas generaciones, y con una fidelidad que mueve a asombro.

Cuenta la leyenda en cuestión que durante la época de la dominación española, cuando las primitivas estancias de estas tierras carecían de alambrados divisorios, y su vastísima área estaba delimitada naturalmente por arroyos y ríos, vivió en una de ellas un negrito esclavo, de cuerpo endeble y ojos descomunales, cuya misión era cuidar las ovejas que integraban la hacienda del establecimiento.

Durante el día las llevaba de un lugar a otro, a la manera de los pastores europeos y asiáticos, buscándoles, a fin de que se alimentaran mejor, aquellas zonas donde las pasturas eran más jugosas y tiernas. Y antes de que oscureciera las conducía hasta la espesa arboleda donde acostumbraban a pernoctar, al amparo de lluvias y vientos.

Cierta tardecita se entretuvo el niño saboreando pitangas y chalchales maduros en el monte, y al regresar lo sorprendió la noche en el camino. Una noche de tormenta, cuyas tinieblas sembraron la inquietud y el miedo en el rebaño. Y también en el corazón del pastorcillo.

Entonces, para colmo de males, se le extravió al niño una oveja. Y fue precisamente una ovejita negra como él, la única de ese color que había en toda la majada, y por ello mismo la preferida de su adusto patrón.

Cuando éste se enteró de lo ocurrido, mandó al pequeño y azorado pastor en busca del animal extraviado, con la orden terminante de no retornar sin él. La noche se había vuelto aún más tenebrosa. En el cielo no se veía ni una sola estrella. Y los campos que integraban la estancia eran inmensos.

Encontrar en tales circunstancias una oveja negra parecía cosa imposible. Sin embargo el negrito regresó con la que buscaba antes del amanecer, extenuado el frágil cuerpecillo, pero los enormes ojos zahoríes más alegres y brillantes a consecuencia del triunfo.

Nadie supo jamás de qué medios se valió el pequeñuelo para encontrar la oveja. Según algunas versiones, lo ayudaron las luciérnagas con sus farolitos de luz verdosa. Según otras, fueron las enigmáticas lechuzas -para cuyos ojos la noche no tiene ningún secreto- quienes guiaron sus pasos entre las tinieblas.

Y él, por su parte, siempre guardó un hermético silencio acerca de lo ocurrido. Pero lo cierto es que desde entonces, según afirman con ingenua convicción nuestros paisanos, cuantos pierden algún objeto en el campo le encomiendan la búsqueda al servicial Negrito del Pastoreo, encendiéndole un cabito de vela para que así pueda ver mejor entre las sombras nocturnas, pues es siempre por la noche que realiza sus fabulosos hallazgos.

http://www.vidoemo.com/yvideo.php?hctor-numa-moraes-el-negrito-del-pastoreo=&i=eHBzdGEtcWuRpOEtaeFU


Wednesday, September 15, 2010

Historias Cortitas.- Gustito a casa.-(1)


Hay cosas que te traen a la mente otras épocas, otros sabores, otras vivencias, para mí el gusto de las comidas es un punto de referencia que siempre me lleva a la cocina de mi madre y de mi abuela, a los tucos del Tango Bar, a los guisos de arroz con perdices… casi siempre cocinados al lado de un alambrado y a la sombra de un monte de eucaliptus.

Mama sabia cocinar con poco y con mucho, los ingredientes que faltaban no importaba, siempre de alguna manera u otra, ella encontraba ese gustito que la caracterizaba. A mi padre, le gustaba envasar cosas, tomates, morrones, salar cazón, los ajíes eran su especialidad… siempre alguien estaba preparando algo, fuera cosechado, pescado o cazado… yo de cierta manera trato de mantener esa tradición familiar viva y degustable.

No sé ni cómo se llama, pero en casa se preparaba una salsa de tomates que se usaba para acompañar el puchero, o tirar una cucharada en la sopa, yo también se la agregaba a los “refuerzos” de fiambre o de butifarra, cuando lo que solo había era pan, lo untaba con esta salsa y me llenaba la panza de placer y a gusto.

Hoy día en mi casa, lejos de la casa y el país paterno, sigo preparando ese manjar, que además de darme satisfacción culinaria, me da un desahogo espiritual. El gran problema es que se corre la bola, resulta ser que ese que era mi manjar predilecto, era más común de lo que yo creía, pero la gente de mi generación nunca se preocupo en aprender a hacerla, por lo tanto, no importa la cantidad que haga, nunca alcanza.

Nunca falta un amigo que pasa por la casa y al retirarse, como sonseando me larga un… ¿te queda algún frasquito de la salsa para el puchero?...

Esta es la época en que la hago, pero este año, alguno de “mis clientes”, propusieron que la hiciéramos juntos, con el propósito de aprender los secretos de ese “gustito a casa”. Con Altamir Martínez y Walter Bizera, ya trituramos unos cuantos canastos de tomates, ya están colgados los bolsones en un árbol del fondo de mi casa, secando y fermentando.

Una fuente de tallarines verdes nos acompaño después del trabajo preparatorio, no falto el vino ni el whisky. El viernes o el sábado nos volveremos a reunir para llevar a cabo la segunda parte del proceso, por supuesto que ahí tampoco faltara el vino y un asado… pero lo que le dará más que nada ese gustito a casa, no son los ingredientes que le pondremos a la mezcla. El gustito se lo da la compañía de los amigos, la nostalgia, los cuentos y las historias que nos traen esas reuniones donde los uruguayos buscan encontrar ese “gustito a casa”.

Algunos de los que no vinieron, igual ya tienen el pan y la cuchara a mano. Esperemos que salga bien.

El Tordillo

Monday, September 13, 2010

Mattawa 2.-


Aprovechando una nota muy linda e informativa que escribio uno de los viajeros, la copio y pego.
La escribio Raul Acosta y la publica en su pagina de Facebook.


TRAVESIA DE CANOAS 2010 - MATTAWA RIVER - ONTARIO - CANADA
.by Raul Acosta on Friday, September 10, 2010 at 7:28pm.TRAVESIA DE CANOAS - MATTAWA RIVER - ONTARIO – CANADA

Del 02.09.10 al 07.09.10


Sitio web: http://www.myccr.com/canoedb/routeDetails.php?routeid=119

La travesía fue por el Mattawa River, un ancho río que corre en el norte de Ontario, y desemboca en el Ottawa River, en la frontera que separa las provincias de Ontario y Quebec.

Fueron 5 emocionantes días.

Las orillas del rio están rodeadas por muchos km. de parques nacionales, y áreas casi salvajes, aunque no tanto, porque obviamente estan controladas por el servicio de parques de la provincia de Ontario.

Claro que hay que tener las precauciones del caso porque hay osos, lobos, coyotes, alces y ciervos, los cuales, como todo animal salvaje, no se dejan ver casi nunca. Pero ahí están, ahí viven.

En esta época del año los osos ya estan preparándose para la invernada, por lo que están gordos como para que no se arrimen buscando comida y además, sus crias, que nacen al empezar la primavera, ya estan bastante crecidas a esta altura del año.

De todas formas se lleva un spray para osos, algo así como un gas lacrimógeno en el caso que te visiten de noche en busca de comida, cosa rara también, porque para ellos la comida abunda, pero, dado el caso, uno puede defenderse sin lastimarlos.

Pero en definitiva, ni los vimos.

Sólo al regreso vimos 6 de ellos revolviendo en un basural, y apenas si nos acercamos para sacarles unas fotos.

Respecto al viaje, de mi parte, es una super experiencia recomendable para todos quienes puedan hacerla, en donde se pueda.

Fuimos 8 adultos en cuatro canoas cargadas con el equipo de cada uno y lo que era general repartido para que las cargas sean similares.

Se lleva un mapa donde están señalizados los sitios donde esta permitido acampar, eso permite organizar el viaje mejor y calcular lo que se va a remar, unos 10 ó 12 km. diarios.

Se rema desde las diez de la manana, mas o menos despues de un buen desayuno, hasta que se llega a uno de los campamentos previstos, siempre recorriendo unos paisajes increíbles, con cascadas, rápidos y todo tipo de postales como tiene todo el interior canadiense. Eso hace unas jornadas de remo de entre 4 a 6 horas, dependiendo del viento y de que las zonas para armar el campamento estén ocupadas o no.

Las canoas eran alquiladas, de polietileno, porque son mejores para la navegacion en rios, ya que soportan mejor los golpes en los rápidos contra las rocas, las de fibra de vidrio son mas fáciles de romper, y para ese tipo de viajes se utilizan estas de polietileno, muy especiales para estos casos, donde la velocidad del agua y la cantidad de rocas te hace pegar y raspar en todos lados.

Con ese tipo de canoas se disminuye al mínimo el tener que detenerse a reparar alguna.

Increíble sensación la de ir por los rápidos, una adrenalina super, no te imaginás.

Para todos los cruces donde haya rápidos o cascadas, esta prevista una segunda opción, como lo es el portage, que se llama a una zona donde podes desembarcar y cargar todo a pulso por el monte, o por donde sea posible caminar; hasta llegar a un lugar donde el rio esté tranquilo y se pueda seguir remando. No todo el mundo se tira a cruzar los rápidos, no solo por la peligrosidad, sino por la mojadura que se le pueda provocar a la carga, sobre todo la ropa que llevas y los equipos de dormir.

Ni que hablar del golpe del tripulante y lo que se pueda hundir o llevarse la corriente.

El camino del portage esta señalizado con carteles, pero no mejorado, por lo que los trayectos para la carga pueden ser por monte, piedra, o montana. La senalizacion incluye la distancia que se debe recorrer a pie.

Cuando hablaba de la experiencia que todos deberiamos tener, es porque es una buena oportunidad para trabajar en equipo, a ser solidario con el esfuerzo y ademas algo muy pero muy importante, sino juntas leña, no te calentás, sino armas el toldo no dormís bien, sino cocinás, no comés.

No es cuestion de irse para la casa y servirse.

Parece poco pero es muy importante, porque el estar dentro del monte, te obliga a no tener opcion y a valorar el esfuerzo y el trabajo en conjunto.

Por suerte el grupo fue muy bueno, aunque generalmente es así, porque cada uno de los que van son muy cercanos a nosotros.

Hay que tener en cuenta también que llovió todos los días, casi todo el tiempo. Así que había que ordenar la tarea, no era cosa de llegar a un sitio aunque sea muy cansado y sentarse a mirar para arriba. Se llegaba todo mojado, por lo que la primera acción era encender el fuego, porque en el esfuerzo de remar, el frío no se siente, pero cuando paras la acción, se nota que el frío te empieza a recorrer. Asi que fogón en marcha y despues los toldos para poner la carga a resguardo de la lluvia, claro que cada mochila y cada sobre de dormir iba con una bolsa protectora, eso hacia que las cosas lleguen secas a cada destino.

Una vez instalados, te ponias ropa seca, pilot y calzado seco, y a preparar todo para comer, y asi pasaban los dias, entre trucos, bromas y alguno que otro, como yo, que se dedicaba a la pesca, sacando unos excepcionales bagres, de los que no tengo las pruebas, todavia, porque las fotos de los mismos estan en las camaras de otros compañeros, a los que las camaras les aguanto mas la bateria que a la mia.

Ya las publicaré, porque esta noche de viernes, tenemos una cena de anécdotas, el guiso me comprometi a llevarlo preparado, para un reencuentro y además para el intercambio de fotos con todos. Por lo que en estos días voy a tener muchas mas, y se publicarán, si.

La abundancia de leña, permite que el fogón no se apague nunca y te permite compartir horas de rueda frente al fuego y a un cielo estrellado como no se ve en Toronto.

El encontrar satelites y observar estrellas fugaces es una de las actividades clasicas de las noches sin nubes.

El dia que se llega a destino esta acordado el sitio y la hora con el que te alquila las canoas, por lo que te va a buscar al destino convenido y se lleva las canoas y a algunos de nostros nos arrima para ir a buscar los vehiculos para el retorno.

Una experiencia para recomendar, para repetir cada vez que se pueda, esta es mi segunda excursión. Que se repita muchas veces.

Es de destacar que varios de los companeros que iban con nosotros, para ser exactos 3 de ellos, tiene a cuestas su viaje Nro. 30.

Nunca repitiendo un recorrido, una cosa que Canada te permite infinitamente, sobre todo por la abundancia de ríos y de lagos. Imaginate que la provincia de Ontario tiene mas de 2500 lagos, y otros tantos rios que conectan a algunos entre ellos..

Solo uno de los tantos parques provinciales, el Algonkin Park, que es el mas grande de la provincia de Ontario, tiene 6000 km. para recorrer en canoa.

O sea que terreno para andar, hay de sobra.

Bueno, este es en rasgos generales, el relato del viaje. Como te imaginaras hay muchos pormenores para los que no me darían muchas horas para poder contar.

Una increíble experiencia que espero poder repetir muchas veces.

La recomiendo.

Un abrazo

Raul

Friday, September 10, 2010

Viaje en canoa 2010.- Mattawa

Los viajeros: Alberto(Tordillo)Pintos, Wilson (Bwana) Caceres, Amado Salas, Eduardo Diaz, Ricardo Perdomo, Daniel Burgos, Raul Acosta y Jalo(es como Cher no tiene apellido).


Mattawa (1)

El Parque Nacional Samuel de Champlain, fue creado para homenajear al famoso explorador (voyageur), que incansablemente recorrió el territorio canadiense en busca de nuevas oportunidades y más que nada en busca de pieles, la mayoría de las rutas de canoa, fueron recorridas y exploradas por su grupo de voyageurs.

Nosotros, exploradores modernos y con mapas topográficos, llegamos al parque a eso de las 8 de la noche, después de haber hecho unos 550 kilómetros en las dos camionetas y bajo una lluvia constante.


Armamos bajo agua un campamento bastante primitivo, ya que temprano en la madrugada nos teníamos que poner en movimiento y salir rumbo al rio Mattawa, donde nos esperaban unos 70 kilómetros de lagos y ríos con grandes rápidos y escabrosos “portages”, donde debíamos trasladar por tierra y a lomo las canoas y todo el equipo que llevamos, además de los 50 y pico de kilos de carne y comida que son como una cruz que acarreamos en todos los viajes. Somos 7 uruguayos y un argentino (Amado), por lo tanto la carne nunca alcanza y cada año que pasa cargamos más.


La San Cono, es la única canoa que nos acompaña desde Toronto, así que temprano nos dirigimos al lugar donde tenemos reservadas las otras tres que necesitamos para la travesía. El punto de salida es a unos 60 kilómetros de donde levantamos las naves, hacia allí nos dirigimos y mientras un grupo se dedica a preparar la salida y repartir el equipo en forma equitativa, dos de los muchachos se dirigen hacia donde será el punto de llegada, para dejar un vehículo que utilizaremos para el retorno a este punto.


Mientras esperamos la vuelta de los choferes, unos acomodan las cargas en las canoas, otros eligen que es lo que va, que es lo que queda, que no haya cosas duplicadas que solo sirven para sumar peso. Mientras todo esto se lleva a cabo, con una garrafita portátil, comienzo a preparar una sopa de arroz con panceta ahumada…seguimos bajo lluvia, por lo tanto es importante calentar las tripas antes de largarse al rio. Comimos y ya con todo en orden, nos hicimos al agua… son casi las once de la mañana…


El rio tiene poca corriente, a pesar de la lluvia, la primera etapa parece que va a ser placentera…
Continúa…

Wednesday, September 8, 2010

El retorno.-

Volví a casa justo a tiempo para saludar a mis amigos judíos, si el tiempo me da, mañana les empiezo a contar un poco del viaje en canoa y mostrarles algunas fotos.

También mañana es el cumpleaños de mi hermano José Kapon, pero como va estar celebrando sus fiestas religiosas, no va a contestar el teléfono por varios días, por eso desde aquí un fuerte abrazo y Feliz Cumpleaños.

Qué lindo es pasear y ver cosas nuevas, pero que lindo también es el volver a casa.

Shana Tova Umetukah!
Las festividades del año nuevo Judío, empiezan hoy a la caída del sol, por lo tanto a mi hermano Jose,a Claudio y a todos mis amigos judíos, los mejores deseos de paz y prosperidad.
El Tordillo