Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Tuesday, January 27, 2015

Los amigos del Camino.

Hoy cuando me disponía a escribir sobre la etapa de Sevilla a Guillena, de la Via de la Plata, me vinieron a la cabeza una andanada de recuerdos del Camino Francés. No eran sobre las rutas y los albergues, sino que eran sobre las personas con las que pasamos tantos días de Camino juntos.

Cinco para el recuerdo. Raul, Alberto, Sandra, Albi y Jordi.

Hubo un grupo que se mantuvo bastante unido, a pesar de que no caminábamos siempre en grupo, nos encontrábamos a diario en diferentes paradas, e indefectiblemente, todas las noches terminábamos en los mismos destinos y hasta en el mismo albergue. Éramos compañeros y cómplices en una aventura que cada uno la veía a su manera, pero de la que participabamos juntos y como grupo solidario.

Esa mancomunidad de objetivos y metas, fue forjando una amistad, que creo que para muchos será duradera. Todos más o menos nos seguimos comunicando a través de diversas redes.

Raúl, un madrileño de pura cepa. Quizás el más solidario de todo el grupo, siempre que alguien necesitaba algo o ir a algún lado, el primero en saltar para ir a acompañar o ir a buscar… siempre fue Raúl.  En los primeros días de Octubre, cuando yo estaba visitando Azuqueca de Henares, ahí se apareció el después de sus horas de trabajo, para darme un abrazo y tomarse una cañas conmigo.

Luisa (Mama de Sandra), Sandra y Yo en la Romeria de Castrotierra.
Con Sandra, nos encontramos el año pasado en Salamanca, recorrimos y paseamos por dos días, después nos fuimos a su pueblo, Genestacio de la Vega, donde me fue brindada una hospitalidad de primera, no solo de parte de ella y su familia, también de parte de un montón de gente del pueblo, con la que llegue a interactuar. Desde ahí y juntos con toda su familia, asistimos a la Romería de Castrotierra, donde vivimos momentos inolvidables.

Con Albi, visitando las Cataratas del Niagara.
Albi, una vasca, vía Málaga, siempre alegre, siempre contenta, levaba su mochila espiritual llena de problemas que buscaban solución, sin embargo, jamás amargó a nadie con sus problemas, sino que por el contrario, era la alegría personificada. Meses después de terminar el Camino, me envía un mensaje donde me notificaba que quería venir a Canadá, para estudiar inglés. Con mi familia le ofrecimos toda la colaboración que necesitara, hoy día está en Toronto. Fue muy poco lo que preciso de nosotros, ya es parte de nuestra familia y festejamos juntos todas las celebraciones familiares y las fiestas de guardar. El pasado domingo, juntos fuimos, con una temperatura de alrededor de 20 grados bajo cero, a caminar por las Cataratas del Niagara, que todavía no habíamos visitado juntos.

Con Jordi almorzando en Barcelona, en mi ultima visita.
Jordi, mi compañero inseparable, como lo han visto en crónicas anteriores, me recibió en su Igualada natal, a los pies de Montserrat, y juntos la pasamos de novela por dos días. No más que decir, un amigo de por vida.

Javi y Valentina siempre guiados por Duma el perrogrino.
Javi, Valentina y Duma, un trio espectacular, por cuestiones de trabajo, hace unos pocos meses, después de casarse, se mudaron a los Estados Unidos, hacia donde su empresa lo transfirió. Están a unas 15 horas de automóvil de mi casa y ya está planeada una visita para este verano, o ellos nos visitan o nosotros, Tina (mi esposa) Albi y Yo iremos hasta allí. Tengo muchas ganas de ver a ellos dos y a Duma, mi perrogrino preferido.
Daniele y Franciano.

Albi y Carlos en un bar en El Ganso.
Con Daniele y Franciano, que están por contraer matrimonio en Brasil, también nos mantenemos comunicados, Carlos el mejicano, cada tantos nos manda unos brindis de cubatas cibernéticas y creo que también de alguna forma lo veremos en breve. Méjico no es tan lejos.

Jose Almeida firmando un de sus libros sobre el Camino.
También en Tosantos tuve la oportunidad de conocer a José Almeida, un peregrino, hospitalero, escritor y más que nada una persona excepcional. Lo visite en el albergue de Tabara en el Camino Sanabrés y me deleite con su amistad y su solidaridad. Seguimos en contacto y sigo sus escritos a diario a través de Tú Voz Digital y la revista El Espíritu de Santi.

En breve, el Camino deja amigos y huellas inolvidables, quizás sea difícil de creer, pero en el Camino, siempre hay alguna sorpresa que perdurara en tu alma.

Los dejo con las fotos de la visita a Niagara Falls (Cataratas del Niagara) y la próxima es la etapa Sevilla Guillena 2014.


















Monday, January 19, 2015

Rumbo a Sevilla.-

Agosto 29/2014.-

A las 8 de la mañana, con Jordi, nos tomamos un café, brindando por vernos otra vez, pronto y donde sea. Preferiblemente en Canadá.

El tren AVE me depositaria en Sevilla en cinco horas. Los paisajes en la ventanilla, se suceden a una velocidad impresionante, en el confort del tren es como mirar televisión, una transmisión continua y un programa diferente a cada segundo.

LLegue a Sevilla, mas de 45 grados de temperatura me sorprendieron.
La temperatura abrasadora de Andalucía me sorprendió. Sabía que iba a ser caluroso, pero más de 45 grados me recibieron al salir de Santa Justa, ya con mi mochila colgada y pronto para dar mis primeros pasos en este nuevo Camino. Una aventura de más de mil kilómetros por lugares desconocidos, para terminar dándole in abrazo al santo en Santiago de Compostela.

Desde el momento que pise Sevilla, mochila a la espalda, me volví a sentir peregrino, las sensaciones que me llenaban eran de gratitud al Creador y Gran Arquitecto del Universo, que con sus escuadras y compases, había diseñado este momento para mí.

Taxis y buses me marcaban el rumbo hacia el Puente de Triana, donde el primer albergue me esperaba, pero mi plan era que desde que pisara el suelo de Sevilla, ya comenzaba a bota y bordón.

Calles angostas con empedrados centenarios, te invita a perderte y disfrutar.
Con la mala costumbre que tengo de caminar sin mapas o guías, me obligo a preguntarles a unas cuantas personas por direcciones, pero de a poco me fui acercando a la Catedral de Sevilla y su zona antigua. Recorrí callecitas y callejones como perdido, disfrutando al máximo de todo lo que me rodeaba.

En una calle con mucha gente, encontré a mi primer peregrino. Juan José, se acercó casi corriendo, hacía pocos días había vuelto de su Vía de la Plata y todavía sentía como que no había terminado. Cuando vio mi viera, se apresuró para desearme Buen Camino y conversar de caminos.

En un bar nos tomamos la que sería mi primera caña como peregrino, me dio mucha información. Indicándome como llegar a la Giralda, me dio un fuerte abrazo y con un “hasta siempre”, con un mutuo Buen Camino nos despedimos. La Vía de la Plata, ya me había enviado a un peregrino para facilitar y alegrar la ruta.

La majestusa Catedral de Sevilla.

Arribar a la Catedral de Sevilla y pararme a admirarla, fue una sensación maravillosa e indescriptible. Emocionado, recorrí sus alrededores sin pausa y sin prisa. De a poco me fui acercando a Triana, donde me albergaría por la noche.

Al encontrar el Albergue de Triana, comenzó la rutina peregrina. Registrarse, sellar la credencial, elegir cama, ducharse, lavar y tender la ropa, descansar un rato para salir a recorrer la ciudad de arribo.

Cuando el sol y el calor menguaban un poco, comencé mi paseo. Camine las calles y parques de Sevilla, visite la ribera del Guadalquivir, admire la Torre de Oro, la Plaza de toros y todo el entorno histórico.

A las ocho de la noche, asistí a la misa en la Catedral, donde después de comulgar, pidiendo por un buen desarrollo de la aventura que tenía por delante, le pedí al sacerdote que me diera la Bendición del Peregrino y me sellara la credencial con la imagen de la Catedral.

Terminadas las necesidades espirituales, me dirigí contento hacia el Barrio de Triana, donde entre tapas y cañas, cerraría la noche, en una ciudad hermosa. El vienes de noche había llenado las calles y bares de gente y jolgorio, yo me deje llevar por el momento y disfrute hasta tarde a la noche.


Mi primer día de Camino culminaba muy bien y yo me sentía feliz… mañana temprano me esperaban los senderos que me llevarían a Guillena.























Tuesday, January 6, 2015

Los primeros pasos hacia el Camino.

Agosto/28/2014.-

Un desayuno tempranero, por las dudas de que lo de la noche anterior no hubiera sido suficiente, me esperaba en el balcón, la mañana hermosa y un paisaje de primera, eran el telón de fondo.

Acostumbrado al huso horario de Toronto, me había despertado tempranísimo, pero valió  la pena, ya que desde la terraza trasera, a la cual tenía salida mi dormitorio, yo había visto Montserrat en toda su majestuosidad. Tuve que esperar a la salida del sol, que apareciendo entre los picos del monte, en todo su esplendor, me brindo un espectáculo realmente emocionante.

Yo he visto la salida del sol en un montón de lugares hermosos, pero pocos amaneceres tan lindos como este. El paisaje que se iba bañando de los colores de la mañana, lo hacían incomparable.

Ojala hubiera palabras para para describir la belleza y emociones del momento.
En auto llegamos al Santuario de Montserrat en menos de 20 minutos, visitamos la iglesia y después de comprar tres velas azules, me dirigí a la Gruta de la Salud, donde a los pies de la virgen que protege a los peregrinos, las encendí, con la intención de pedir protección por y para mi familia y amigos con problemas de salud. Por esos amigos que siempre están en mi mente y me acompañan, sin saberlo, en todos mis Caminos.

Por la familia,los amigos y aquellos que siempre viajan conmigo.

A pasos estaba la oficina donde me registre como peregrino y recogí la credencial, que me abrirá las puertas de los albergues en La Vía de la Plata. En símbolo de solidaridad con mi Camino, Jordi y Neus hicieron una donación cuando recibí la credencial y mi primer sello.

La primera estampilla en Montserrat y despues
la Catedral de Sevilla.

Un documento invalorable para el peregrino.

Jordi y Neus me brindaron una hospitalidad dificil de superar. Gracias.

Para estirar las piernas, recorrimos un rato uno de los caminos que hay en la montaña y en los alrededores del Santuario. Yo escuchaba atentamente cuando Neus me explicaba la razón y origen de las muchas placas y monumentos que encontrábamos en el trayecto. Ellos dos, son asiduos caminantes en Montserrat y se nota el conocimiento y amor que tienen por el lugar.

Los caminos de Montserrat.
Antes de volver a la casa, almorzamos en un hermoso restaurante de los alrededores y caminamos por otro pueblecito de montaña, que mostraba todas las características típicas de la zona.

Yo me sentía cansado, así que una siesta fue reparadora y bien aprovechada.

Desde el balcón del frente, se veía a la distancia, en un cerro cercano, una vieja iglesia de estilo románico. Jordi, sabiendo de mi eterna curiosidad, me invito a visitarla. Estaría cerrada, pero veríamos sus alrededores y un bello paisaje de Igualada, que se extendía a los pies del promontorio.

Con el sol ya cayendo, nos volvimos al centro para encontrarnos con Neus, Emma y el “Patas Flacas”, que andaban paseando por ahí. La gran sorpresa fue encontrar que la ciudad es muy bella, bien cuidada, limpia y con una arquitectura súper interesante. Caminamos un rato largo por las calles angostas y pintorescas. Todo lo disfrute mucho, a pesar del cansancio, no esperaba una ciudad tan linda, ya que Jordi en ningún momento me había contado de su belleza.

Calles estrechas y antiguos muros de piedra, tipicos de la zona.

A la usanza de España, después de las diez de la noche, nos sentamos a disfrutar de una gran cena, otra vez en la terraza y bajo las estrellas, la conversación amena y alegre, se extendió mucho más allá de la medianoche.

En resumen, Neus, Jordi y toda la familia, me brindaron una hospitalidad que me gustaría poder ofrecerles yo, cuando ellos nos visiten en Canadá.

Buenas noches Catalunya… te he disfrutado al por mayor, mañana parto hacia Andalucía y te echaré de menos.

Ultimos pasos sin botas y mochila, al amanecer...!a la carga!

Esta flecha amarilla, que marca el comienzo de un Camino de Santiago, se encuentra
 a la salida del Santuario de Montserrat.