Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Sunday, March 16, 2014

Los Templarios... ????

Albergue Jacques de Molay en Teradillo de los Templarios.
La estadía en Terradillo de los Templarios, me llevo a pensar repetidamente en la antigua orden de Los Templarios o correctamente dicho, La Orden del Templo.

Transcurría el año 1119 cuando Hugo de Payens y un puñado de caballeros franceses, comenzaron a fundar esa orden, que a través de los siglos ha dado que hablar, muchas veces exaltándola y más veces injuriándola. En realidad lo que nació como resultado de la Pimera Cruzada, con la intención desde el principio de proteger a los peregrinos que se dirigían a la Tierra Santa y también de ser los hospitaleros, tratando de brindar confort y cobijo a los que a pesar de todos los peligros que el viajar representaba, sin miedo y con fe se dirigían a conocer El Santo Sepulcro y a caminar en los pasos de Cristo y sus discípulos.
El rey Balduino I, le brindo alojo a esta nueva orden religiosa/militar, en el mismísimo Templo de Salomón, desde allí se fueron extendiendo, desandando su camino desde Jerusalén a Paris y por ende a toda Europa, con especial fuerza en la península ibérica, donde las raíces familiares de la mayoría de esos caballeros, eran profundas y bien arraigadas en la familias nobles y reales de la época.
Al principio se les veía como una bendición, ya que los reyes y reyezuelos, no tenían o no querían disponer de muchas fuerzas para la protección de las rutas, que al principio eran peregrinas, pero cada vez se volvían más comerciales.
Castillo de los Templarios en Ponferrada
No por casualidad, los primeros castillos y fortificaciones donadas a la orden, eran donde las fronteras de guerra con los musulmanes eran más peligrosas y batalladas. En sí, era la esperanza de las casas reales, de que estos amantes de Dios y de la Guerra, los protegieran a ellos de los avances de “los moros” y fueran la primera línea de lucha en la deseada “reconquista”.
Pero como siempre… de a poco esta orden fue creciendo aceleradamente, sus posesiones eran cada vez más bastas, lo que empezó a preocupar a los reyes y mercaderes de siempre. La independencia religiosa que la orden había ganado con la aprobación de los sucesivos vicarios de la iglesia, por más de 150 años, comenzó a molestarle a los Papas y sus mercaderes del espíritu, que veían que tenían un aliado al que habían fomentado y apoyado, pero que de a poco se estaba tornando más fuerte que ellos.
Como ninguno de las partes veía con buenos ojos el progreso de la Orden Del Templo, pero tampoco se sentían con la fuerza militar para derrocarlos y hacerlos desaparecer, comenzaron con los rumores y la acusación sobre la moral de la orden y sus templarios. Herejía, sodomía, homosexualidad, traición y rebeldía, fueron las palabras que se empezaron a utilizar cada vez que surgía la oportunidad. Eso en la península ibérica, patria de nacimiento de la inquisición, era más fuerte que las espadas y las escuadras de soldados.
Tanto el rey de Francia, que estaba endeudado económicamente con la Orden, debido a que era la que había pagado el rescate exigido para la liberación de Louis IX (San Luis) después de la fracasada séptima cruzada. El rey estaba sin fondos y tenía que pagar la abultada suma a los templarios.
El Papa Clemente V, que ya había perdido hacia tiempo control de los Santos Lugares, no tenía ningún interés en seguir apoyando o usando a los templarios, se dejo convencer, sin mucha resistencia, a ayudar a eliminar al enemigo común. A través de unas bulas papales, ordeno la disolución de la Orden, por toda Europa, reyes reyezuelos, obispos y todos sus entenados, por sorpresa comenzaron a apresar templarios y torturarlos hasta que confesaran sobre el sacrilegio y los ritos secretos que practicaban.
Los que pudieron se resistieron en sus fortalezas, otros llegaron a admitir todas las acusaciones que se les hacía, para salvar el pellejo. Entre ellos estaba Jacques de Molay, último Gran Maestro de la orden, que primero admitió todo lo que decían, pero después lo desmintió, cosa que lo convirtió en hereje reincidente, algo que se penaba con la muerte en la hoguera.
Jacques de Molay ultimo Gran Maestro de la Orden del Templo
El 18 de Marzo de 1312, Jacques de Molay era quemado en vida, frente a la Catedral de Notre Dame de Paris, el mismo lugar donde muchos de nosotros, peregrinos o turistas, hoy en día nos sacamos fotos con la catedral de fondo y parados sobre el punto que marca el kilometro 0 de Francia.

Y yo pensaba, como peregrino y como católico, solo puedo justificar estos momentos turbios de la iglesia y de la historia, pensando que son cosas de los humanos y no del Creador. Solo la fe en un Dios que nos dio libre albedrio y una mente para dilucidar entre lo humano y lo divino, me pueden mantener en el camino de la religión.
En estas épocas, todavía hay varias organizaciones que pretenden ser la continuidad de aquella vieja orden protectora, en Manjarin hay  un albergue templario, en diferentes países hay gente  que se precia de usar la “cruz roja” o el manto blanco.  Otros opinan que la masonería nació con la Orden en el Templo de Salomón, pero todos se aferran a la parte protectora, solidaria y hospitalaria de la historia.

Yo me pregunto ¿Cuál será la verdad? Porque como ya se sabe, la historias de las guerras y confrontaciones, generalmente la escriben los que ganaron.
Pese a todo lo humano que ha conspirado a través de la historia para alejarnos de la Fe, yo sigo para adelante… y con Fe, hasta Santiago no paro.



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